El otro día leí una frase que me llamó la atención. A primera vista parece preciosa, pero en realidad encierra algún que otro mensaje limitante detrás.
Decía algo así como: “Si te rodeas de gente con luz, verás tu vida con más claridad”. Y es cierta. Si te rodeas de gente con luz, obviamente eso hará que tu vida se ilumine y poco a poco veas con más claridad.
Pero detrás de ese mensaje hay algo que te está diciendo que necesitas rodearte de gente de luz, y eso no es cierto. No necesitas gente de luz porque tú eres la Luz. En realidad, lo bueno sería que vieses la luz que todas tus hermanas tienen. Porque todas somos seres de luz, todas.
Se trata de enfocarte en esa luz y no tanto en lo que, a ratos, mostramos los seres humanos. Si eres capaz de ver siempre la luz del otro, la luz de esa hermana que vive su vida como puede y que, a ratos no la muestra, pero que la tiene en su interior; te digo entonces, que, si eres capaz de ver su luz interior, siempre estarás rodeada de gente de luz y eso sí que te hará ver la vida con más claridad, con una infinita claridad. Claridad que obviamente, a ratos, se perderá, pero que a poco que vuelvas a enfocarte en la luz del otro, que es la misma que tu propia luz, volverás a ver con infinita claridad. Que así sea.

Gratitud 🌺
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