La alegría es contagiosa, es extensible, es potenciadora, es un don que viene de lo alto. Y no hablo de la alegría como emoción básica. No es a esa alegría a la que me refiero.
La alegría como emoción básica no es más que la tristeza, puesto que es simplemente una emoción que hay que sentir cuando toca sentirla porque es adaptada a la experiencia que vivimos en un instante presente cualquiera.
Me refiero a esa alegría profunda que puedes sentir en cualquier situación y que no invita a la risa ni a la carcajada. Es una alegría sosegada, que invita a sonreir y a estar abierto, incondicionalmente a la experiencia, sea cual sea ésta. Es una alegría que forma parte de la definición de lo que Eres en realidad. Es consustancial a ti misma, sin dudas.
Trabaja pues, tener esa alegría que te impulsa a ser alegre en el siguiente instante, porque no depende de nada externo sino de tu propia actitud ante la vida. Pues esta alegría no está fuera de ti, nace en ti, en tu alma, en tu corazón, como algo esencial a ti.
Creará dinámica y transmitirás alegría a tu alrededor. Y esa alegría lleva Paz, mucha Paz.

Gratitud 🌺
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