Hoy es el día. No debes esperar a mañana. Pues ya eres completa. No te hace falta nada más. Pero tú así lo crees. Piensas que te faltan muchas cosas para ser, y que debes seguir el camino de crecimiento, que aún queda para llegar a ser eso que deseas ser y, ahí decretas tu incomplitud.
Aunque no sea real esa incomplitud, tu creencia la hace posible en tu vida diaria. Eso es todo. Tu pensamiento es lo que decreta que así sea.
Pero tú eres tal cuál fuiste creada. Fuiste creada como el Amor puro, como la Luz del mundo, como la Paz inquebrantable. Y así sigues siendo. Nunca perdiste un milímetro de tu dignidad. Jamás.
Pero así es de poderoso tu pensamiento y tu palabra. Ellos son capaces de tenerte durante eones de años lejos de lo que eres en realidad.
Aunque en cuanto bajas a tu sentir, a tu corazón, a tu alma, a la fuente de todo, ahí, puedes conectar con lo que eres y, por un rato, descansar de tu pensamiento y gozar, como solo el alma sabe hacerlo, de tu complitud, de tu Luz, de tu Paz, de tu Amor. Y ser por un ratito, lo que Eres.
Y un instante cualquiera, se dará que será eternamente.
