Cada año recordamos uno de los acontecimientos más importantes que han ocurrido en la historia de la humanidad. El nacimiento de Jesús de Nazaret, de Yeshua Ben Joseph. Cada año todas las ramas cristianas -católicos, anglicanos, protestantes, ortodoxos y ortodoxos orientales- celebran un tiempo de preparación para la llegada del Cristo. El tiempo ocupa unas cuatro semanas y algo, y recibe el nombre de adviento. La palabra adviento viene del latín, y etimológicamente quiere decir “llegada”.
Es un tiempo muy insertado en nuestro entorno, ya que no es raro encontrar en muchos supermercados calendarios de adviento con los cuales los peques, y los no tan peques, comen una figura de chocolate cada día hasta la llegada del día 25 de diciembre. Hoy vamos a aprovechar esta costumbre cristiana a nuestro favor.
¿Por qué no prepararnos para la llegada de Cristo? Pues eso, por qué no. La pregunta siguiente es, ¿y cómo debo prepararme para eso? Yo diría que, de dos maneras, unidas ambas por la atención. Siempre la atención. Y es que no hay otra manera de crecer que con la atención, ya que la inatención nos devuelve al ego, al miedo, al desamor.
Con atención debes observar cada gesto de Amor que tienes y ser consciente de que es tu parte divina la que lo ha hecho posible. Agradece el gesto, vívelo como un triunfo de tu auténtico ser, tu Ser Divino.
Con atención debes observar cada gesto de miedo, de desamor que tienes y ser consciente de debes aceptar que así es, sentirlo desde tu corazón, y entregárselo a tu parte divina para que lo disuelva, para que lo deshaga, para lo que transforme en un gesto de amor, ya que así es, desde el momento en el que pones atención. Así sin plantearte ni cómo ni por qué.
Cómo ves la clave siempre es la atención. Ánimo. Amén. Namasté.

Gracias 🌺☘️
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