Todos tenemos un propósito, tú también lo tienes. Seas conscientes o no del mismo, tú tienes un propósito. Cuando no eres consciente es más fácil de identificar, porque tú propósito está en aquello a lo que dedicas tu tiempo, así de simple.
Pero cuando el propósito empieza a ser consciente, has de tener cuidado porque el enfoque debe estar en armonía con él. De nada sirve tener un propósito muy amoroso y dedicar mi tiempo a cuestiones egóicas. Es más, eso crea desequilibrio que se encargarán de equilibrar las famosas leyes herméticas, esas leyes universales que el mundo se encarga de dar vida y razón, una y otra vez. Así, si has decidido tener un propósito amoroso, descuida de como se va a llevar a cabo, suelta el “cómo” vas a dar vida a ese propósito, porque la vida te dará las herramientas y la manera de hacerlo vida, valga la redundancia. Tú, mientras, solo has de tener el enfoque en ello. Solo has de dedicar tu atención y tu tiempo a que ello se dé, regalándote experiencias que así lo creen, instantes de intimidad, instantes de silencio, instantes de luz, instantes de amor, vuelve tu mirada hacia ti misma; el resto se dará por añadidura.

Solo gratitud en mi Corazón gracias 🌺☘️
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