En cada momento elige actuar desde el Amor o desde el miedo. En cada instante eliges seguir al ego o seguir a tu corazón. En cada experiencia te dejas llevar por la mente pensante o bien por la fuente que te conecta a lo realmente Eres.
Una vez empezado el camino hacia ti mismo, las veces en las que te dejas llevar por tu corazón van en aumento, así como las veces que dejas llevar por tu ego van en disminución. El Amor le va ganando la partida al miedo -y este miedo no tiene nada que ver con la emoción miedo-. Y este proceso es, sin más, se va dando al tener tu misma el propósito de que sea así, y poner tu atención en ello.
Este cambio en tu vida puede hacerte sentir orgullosa de tus avances. Y debes ser consciente de que ahí se aloja el ego. El ego, tan listo y sagaz como tu misma eres, se esconde ahí para darte un zarpazo. Pues inconscientemente te estás anotando el avance, pero puede que se lo anotes al personaje que crees que eres. Y ahí está el error. Eso es orgullo, y no es merecido. El personaje no tiene mérito, el mérito es de tu auténtico ser, que está lejos de ser ese personaje que representas.
Por tanto, que sea la humildad la que reine en todo este proceso. Se humilde, se toda humildad. Humildad quiere decir reconocer que si avanzas es por que pones en juego esa luz interior que tienes, pero es compartida con todo y todas las criaturas, es parte de Amor que es todo lo que Es. Es conectando con tu Alma cuando consigues ser Amor, y no cuando actuas desde el personaje, por muy amorosa que este sea, porque si te lo asignas, te estarás diciendo que no te hace falta conectar con tu esencia, y eso no es cierto, eso es calamitoso.
Conecta con tu esencia, con tu auténtico ser, que es ser Amor, con humildad, con mucha humildad.
La casa de Jave 