La clave de la armonía está en la vivencia coherente entre lo sentido y lo vivido. Si te permites sentir lo que toca sentir, y lo vives con apertura, tu vida estará en armonía, en equilibrio.
Así es como puedes forjar una vida llena de paz, de calma, de sosiego, de luz, de vida.
Es algo tan sencillo como permitirte sentir la emoción que toca sentir. Y expresarla. Porque el sentimiento de permitirte sentirla conlleva la expresión de la misma. Sea cual sea la emoción sentida.
No pienses en esa emoción repetida y reprimida, que has vivido con resistencia una y otra vez, como la ira, que cuando la expresas es por explosión porque ya no cabe más ira, no es eso a lo que me refiero. Me refiero a expresar la emoción que venga desde una situación de cero cargas emocionales. Y ahí si viene ira, puedes expresarla, comunicarla, sin ningún problema, porque será compartida por el otro sin problemas. El problema no es expresar la ira, el problema es expresar la ira acumulada de muchas iras resistidas que explota sin medida.
Permítete sentir, permítete expresar, permítete vivir, todo aquello que viene para ser vivido, y que además es adaptado a eso que toca vivir. Sé coherente, y la armonía se dará.
La casa de Jave 