Uno de los grandes problemas de la existencia humana son los deseos contrapuestos. Realmente tienes la certeza de que no es así, que tus deseos no están contraposición, pero en muchos casos lo están.
Eso hace que la vida no pueda darte aquello que sientes que mereces. Porque muchas veces el problema de que la vida no te dé algo que tu deseas es porque sientes que no te lo mereces. Pero en otras ocasiones, el merecimiento ya se da, pero el deseo no llega a concretarse.
Es ahí cuando debes poner atención a tus deseos. Alinéalos con la Verdad, con el Amor, contigo misma. Pero cuida de que no tengas deseos contrapuestos. Porque aquí está lo importante de todo este juego. Porque ahí hay una oportunidad de descubrimiento de ti misma y una maravillosa fuente de crecimiento. En la observación de tus deseos contrapuestos hay un camino que transitar que acaba en conocimiento de ti misma y de conocimiento de la Verdad.
Nunca olvides que lo realmente importante no es que se vayan dando tus deseos, sino que el conocimiento de la Verdad vaya bajando a ti, hasta conseguir ser aquello que realmente eres. Ese es el premio, nada más y nada menos. El premio es la libertad, el premio es la Verdad, el premio es la Paz, el premio es la Luz, el premio es el Amor, que es todo lo que tú Eres.
