Si tienes el propósito de algo y además lo practicas como si ya se hubiese dado ese propósito, conseguirás que el propósito se dé desde el mismo instante en el cual lo practiques. Eso hará que cada vez extiendas el propósito en ti y a tu alrededor. Se dará entonces la plenitud de tu propósito.
Situemos un propósito para hacer de esta entrada algo concreto y que deje de ser abstracto. Situemos el propósito de ser Amor, el propósito de ser hogar para toda alma con la que te cruces en tu camino.
Eres el Amor, sin embargo, no lo crees, y eso hace que te muestres como algo diferente a lo que eres. Si practicas ser Amor, el propósito se estará dado desde el mismo instante en el cual lo practiques. Irá agrandándose la idea de que eres Amor cuanto más lo practiques, y te mostrarás como lo que eres, Amor. Eso hará que en ti se vaya reforzando la idea de lo que eres en realidad. Al final, te mostrarás tal cual eres, y sabrás que eres lo que eres, y eres Amor.
Practica entonces independientemente de lo que sientas que eres en cualquier instante de tu vida. Estate atento para que esto sea así, y a disfrutar.
