Haces muchas cosas bien. Haces muchas cosas de gran mérito. De hecho, a veces, es admirable la manera de comportarte que tienes. Pero has de tener cuidado en una cosa. En sentirte orgullosa personalmente de ello. Por que, si haces eso, detrás del gesto maravilloso, estará el merecimiento de tu ego. Se hinchará, se agrandará, y eso hará que el éxito venga acompañado de un fracaso de igual magnitud, pero de efecto contrario.
Lejos de eso, es mejor sentir que el mérito, aún siento tuyo, es de tu parte conectada al Amor. De esa parte que está en ti, claro, pero en lo más profundo de tu corazón. De esa parte que es pura energía, que está lejos de ser ese cuerpo que te crees ser, y que, en realidad, es la parte más auténtica de ti misma.
Ese gesto te unirá a tu creador. Te unirá al Amor. Te hará Uno con la Paz y con la Luz. Ese gesto te hará agrandarte e hincharte, pero de forma pura. Porque se une en humildad. Y la humildad es la actitud adecuada ante todo éxito, porque le resta al ego todo protagonismo, y se lo devuelve a tu esencia, a lo que en verdad Eres.
Y porqué ahí nacerá, como no puede ser de otra manera, la gratitud. Y te sienta muy bien ser agradecido. Debes ser agradecido, pero no a un dios lejano, no. Debes ser agradecido a esa parte de ti, que es maravillosa, que es toda luz, todo bondad, a esa parte de ti en la cual eres el Amor incondicional, perfecto, puro. Y eso está en ti, eso eres tú, y a eso llegas desde humildad y desde la gratitud.
Foméntala, constrúyela, siempre, sobre todo cuando haces algo muy bueno.
