A veces aun llevando tu camino hacia ti misma de una manera muy coherente y equilibrada, tienes días en los que afloran sentimientos que no terminan de dejarte estar en paz. Eres capaz, sin embargo, de volver a ti misma y sentir paz, sentir gozo, sentir felicidad. Porque en ti está ya anclada la Paz, porque en ti está ya anclado el gozo, porque en ti está ya anclada la felicidad.
Es fácil, enfocarte en aquello que estás haciendo, y sentir el gozo del presente, del aquí y ahora, del instante, sabiendo entonces que ese instante es lo único que existe, que el resto es solo una quimera en tu mente.
Pero, aun así, afloran en ti esos sentimientos que no te dejan estar en ecuanimidad, en armonía.
Déjate sentir por eso que viene, porque viene a estar contigo. Pregúntate “para qué” viene eso que viene. Déjalo estar, no te contestes, estate ahí, porque hay algo que debes saber, hay algo que tu alma te quiere decir, escúchala, estate atenta, porque la vida te dirá el siguiente paso a dar. Y mientras llega la respuesta, de vez en cuando, vuelve a ti misma, siente la paz, el gozo y la felicidad que anidan en ti. Y sobre todo siente eso de “todo pasa, esto también”, y deja en los hombros de la vida tu peso. Y a seguir.
