Hay días a los que llamamos buenos. Porque son alegres, en ellos todo va bien, y es fácil transitar por ellos, danzando con él sin dificultad. Sientes alegría y te sientes feliz.
Hay días a los que llamamos malos. Porque son difíciles de vivir, porque se atraviesan, porque una quiere que se acaben pronto. Si en estos días, moras en ti misma, si entras en tu corazón y te centras en los estás haciendo, sea lo que fuere que estés haciendo, solo sintiendo lo que estás haciendo, verás como nade en ti un gozo superior a la alegría del día al que llamamos bueno.
Confía que en tu corazón hay paz para dar gozo a todo el universo. Entra ahí, y deja que poco a poco vayas sintiendo esa Paz, esa Luz, ese Calma, esa dicha o felicidad, esa Amor. Se irá haciendo grande conforme lo practiques, cada vez mayor, cada vez más y más nítida. Eso es todo.
