En la Unidad te sientes tal cual eres. Apenas lo sientes un instante, pero es suficiente. Es ese momento en el cual miras al horizonte y sientes una conexión que dura un instante, pero te hace sentirte ese horizonte. O bien, mirando el firmamento y te sientes en ese mismo cielo que te absorbe y te trae mucha paz. O en el azul del mar en el cual te sumerge cual ola que va y viene pero que sabe que pertenece a mismo océano en el cual surge todo. Da igual la experiencia en la cual sientes esa Unidad.
En la Unidad te sientes tal cual eres. Y te sientes esa Unidad porque está ahí, atenta, centrada, concentrada en la experiencia que se hace Todo en ese instante. Y por eso, conectas contigo misma, con tu interior, con tu fuente, con el Todo, con la Unidad. Si estuvieras siempre tan atenta podrías conectar muchas más veces con la Unidad. Te sabría que tú eres esa Unidad.
En la unidad eres Todo. La perspectiva cambia. Porque ya no existe el pasado, ni el futuro. Porque ya no existe el “yo”, ni el “tu”. Porque ya no existe el “está bien” ni el “está mal”. Porque todo es perfecto. Porque en la Unidad no hay juicio, y si no hay juicio, todo Es, simplemente Es. Y tú eres esa Unidad.
