Una de cuestiones que más te cuestan aceptar es el ritmo de la Vida. Muchas veces quisieras que todo se sucediera de una manera más rápida. A veces te dices: “para que esperar toda la trama cuándo lo realmente importante es el desenlace”. Y este es uno de los errores más comunes que puedes cometer, el dar más importancia al resultado que al camino, cuando en el camino está la vida realmente.
Debes cambiar tu percepción del mundo. Debes cambiar tu percepción del ritmo de la Vida. Pues la Vida lleva el ritmo perfecto, ese que deja que todo se vaya desarrollando exactamente tul cual debe desarrollarse. Porque es la Vida y no tú, la que sabe cómo va todo, la que sabe el devenir de los acontecimientos y la que tiene la paciencia exacta para esperar a que cada uno mueva ficha, incluida la propia naturaleza.
Vuelve a la humildad y sitúate en ella. Se consciente de tu ignorancia. Y deja a la Vida que se exprese. A ti te toca fluir con ella. Mas cuando te nazca interferir en ese ritmo, vuelve a ti, vuelve a la humildad, sitúate como el Hijo creado por la Vida. Permite en tu interior el desarrollo, el camino de la Vida. Eso hará que vivas en armonía con la Vida. ¿Puede haber mayor premio?
La casa de Jave 