Y si no me sale del corazón, voy a aprender a decir que no.
Es más, comienza desde hoy, desde ya, desde ahora mismo, a vivir sintiendo que deseas vivir, desde el corazón, no desde la mente. Que aquello que te mueva sea lo que nace en tu corazón. En tus ganas de crear más vida, más alegría, más Amor.
Pero desde tu deseo, mírate y siente que deseas. Deja de mirar los deseos del otro. Comprométete contigo misma, contigo mismo, y lánzate a vivir según lo que sientes. Deja atrás el complacer a los demás. Deja atrás el dar gusto al otro, sacrificándote tu. Ese no es el camino. Da gusto al otro, si en ello encuentras gusto, porque si no lo encuentras, es que tal vez, no debas hacerlo. Tal vez lo que te pide la vida es que digas que no.
Di que no, cuando no te apetezca. Di que no, si no te sale del corazón. Apréndelo. Trabájalo. Y acepta cada situación que tengas, tanto en las que eres capaz de decir que no, como las a pesar de todo, sigues diciendo si, cuando te apetece decir no. Acepta, todas y cada una de las situaciones. Al final, la vida se trata de aceptación, único camino de integración, sanación y liberación del ego que hemos construido.
