Todo acontecimiento es neutro. Lo que a ti te parece muy duro de vivir, hay millones de personas para las cuales ese mismo acontecimiento es indiferente.
Pongamos por ejemplo unas inundaciones catastróficas en la cual las personas afectadas pierden partes de sus casas, pierden coches, pierden cuestiones materiales que ascienden a bastante dinero. Tal vez esta inundación sucede en un sitio lejano, del cual te enteras de pasada, y ni siquiera pones atención a la noticia, porque te pilla ocupado. Tal vez la inundación ocurre, por ejemplo, en Haití, eso te produce un ratito de malestar. Sientes pena porque es una zona pobre y muy castigada por desastres naturales, pero está lejos de ti. Tal vez la inundación es en la provincia de al lado, de hecho, podría haber sido tu provincia la afectada. Eso ya te mueve más por dentro. Ha sido un “tiro al palo”, como cuando muere alguien de edad o de tu clase de pequeño, uff, ahí sientes que podrías haber sido tu. O tal vez la inundación es tu bloque, y tu eres uno de los afectados del desastre. Acabas de perder muchas cosas tuyas, incluido el coche. Un auténtico desastre.
Una única situación: una inundación. Muchas interpretaciones, muchas formas de vivirlo, muchas formas de sentirlo.
Siempre puedes elegir como vivir una situación, siempre puedes libremente elegir como vas a reaccionar. Y eso te hace responsable de cómo has decidido vivir esa experiencia. Eres responsable de todo lo que sientes ante lo que vives. No puedes elegir lo que vives, pero si como lo vives. Empieza ahora a hacerte responsable de tus sentimientos, de tus emociones, de tu vida.
La casa de Jave 