Hay una relación íntima e invisible entre los distintos niveles en los que nos movemos, dentro-fuera, arriba-abajo, espíritu-cuerpo.
Es la vibración la que se encarga de poner en sintonía todos los movimientos del dentro para fuera, del fuera para dentro. De hecho, puedes imaginar una situación en tu mente, y sentir lo que sentirías si fuese real la experiencia, porque todo es mental, y porque todo se corresponde.
Se consciente de esto y tenlo en cuenta, porque todo acontecimiento externo tiene que ver con los movimientos dentro de ti, y esto te puede dar un reflejo exacto de cómo estás en tu “adentro”, en tu espíritu. Si fuera todo va bien, tu alma está en sintonía con lo vives, mas si lo de fuera no está bien -y ya sabes que bien y mal no existe, es solo una interpretación tuya- lo de dentro de ti tampoco lo está. Atiende a tus sentimientos, porque ahí está la raíz de aquello a lo que le tienes que atender.
Sanando eso que aparece dentro de ti, aceptando e integrando, y trabajando ese dolor, el exterior cambia para hacerse armónico a ti, para que tú lo sientas bien, para que estés en paz. Y así, seas amoroso; seas el Amor que eres.
