Te he escuchado decir muchas veces que hay personas que chupan energía, que te quitan tu energía y que te sientes cansada después de tener un contacto con esa persona. En realidad, es algo que sucede así; estás bien, y cuando por algún motivo tienes contacto con esa persona, tu energía se va gastando, va disminuyendo, te cansas, y cuando termina tu contacto con esa persona, estás muy cansada, y necesitas recargar tus pilas. Pero permíteme decirte algunas cosas, ¿me dejas? Sígueme.
Si pones el foco en la otra persona, nada puedes hacer, te estás colocando en el papel de víctima, te estás victimizando, y estás a merced de esa otra persona. Estás viendo el mundo como algo en el cual no puedes hacer nada, sino sufrirlo. Y eso sabes que no es cierto. Eres la dueña de tus emociones, y eliges en cada momento como tomarte cada experiencia de la vida que estás viviendo.
Claro que hay un gasto de energía enorme en el contacto con esa persona, pero el verdadero motivo es que, en presencia de esa persona, pierdes tu presencia, dejas de estar en ti, dejas de poner el foco en ti, y eso gasta mucha energía, mucha, más de la que te imaginas. Prepárate pues para el siguiente contacto con una persona así, estate presente en todo momento, no quieras solucionar nada, ni resolver nada, simplemente observa la escena desde la mayor de la atención de la que seas capaz, permítele a esa persona expresarse, y no la juzgues, simplemente vive la experiencia sin añadir nada de tu proyección. Ábrete al aprendizaje que te trae el mensaje con el que llega la experiencia. La percepción del encuentro cambiará.
La casa de Jave 