Hoy es el día, ahora es el momento, aquí es el lugar.
Ábrete a lo que te traiga el día de hoy. No tengas expectativas. No pienses como sería tener un buen día. No quieras organizar el día a tu gusto y antojo, sino déjalo que se desarrollo tal cual le apetezca hacerlo. Tu sólo, ábrete a vivirlo. No enjuicies nada de lo que está sucediendo en cada uno de los instantes que tiene este maravilloso día. Sólo déjalo desarrollarse, déjalo desplegarse, déjalo fluir.
Tal vez no lo consigas durante todo el día, pero si habrá momentos en los que sí sea capaz de hacerlo. En esos momentos, siente la paz que brota de tu corazón. Siente como te armonizas con el día, con el instante, y con lo que está sucediendo. En ese momento puedes llegar a sentir la unidad que es entre tu y el resto del mundo manifestado. Déjate inundar por esa sensación. Disfruta y permítete estar ahí, aunque solo sea por un instante.
Guarda esa sensación en tu corazón, pues tu eres Eso.
