Una de las percepciones errónea que haces a lo largo del día es observar cómo tóxica a ciertas personas con las que, a veces, te cruzas.
Nadie es tóxico, sino que tiene su esencia escondida, de manera que saca a pasear todo su ego. La esencia de esa alma es la misma que la tuya, idéntica, aunque lo que muestre sea muy distinto.
Tu tarea en esos instantes, no es juzgar como tóxica a dicha persona, ni mucho menos rechazarla, tu tarea es observar en ti que es lo que te ha conectado con esa persona para sentir esa toxicidad. Ahí hay un trabajo que hacer, algo que sacar del inconsciente para tomar nota, para comenzar el proceso de aceptación, de integración, para poder trascenderlo. De esa manera la próxima vez no te parecerá tóxica, te parecerá digna de amor, de compasión, de acompañamiento.
Se consciente, además que, en algún momento, tú puedes mostrarte como esa persona tóxica. Si es así, en el mismo instante que seas consciente, vuelve al Amor, en solo un segundo, deja atrás lo que hacías hace unos segundos, es así de fácil. Eso sanará tu actuación de hace unos segundos.
