Eres la obra del Amor, y eso te sitúa en un lugar privilegiado.
Da igual lo que hagas porque eres la creación del Amor, y eso te hace digno de ser amada incondicionalmente.
Da igual, porque el Amor que te ha creado te ve como la luz maravillosa que eres y no como te muestras a veces en este mundo manifestado.
Da igual, siempre da igual. Solo que tú no te crees.
Ten el propósito entonces de creer que sí eres digna de ese amor incondicional, practícalo y disfrútalo porque es el único paso que te hace falta; creer, creértelo, vivirlo, aceptarlo.
Y para conseguirlo nada mejor que, aplicarlo a tus hermanos, siempre, en todo momento, en todo lugar, en toda experiencia; ve al otro como la luz que es, y no como muestra su comportamiento. Cuando lo consigas, entenderás que el Amor solo te mira a ti de esa forma. Y todo será perfecto.
