Mira a tu alrededor a un objeto. El que quieras. Fija tu vista en él. Párate a pensar de donde viene. Quién lo ha fabricado. Piensa en su camino hasta llegar a tu vista. Date tiempo para darte cuenta de todo lo que ha tenido que suceder para que ahora esté aquí contigo, frente a ti, delante de tu mirar.
Y da gracias.
Da gracias por todo lo que tuvo que suceder para que ahora y aquí esté acompañándote en este preciso instante.
Mira a otro objeto. Realiza el mismo ejercicio. Da gracias por ello. Da gracias mil veces.
Piensa en una persona. Y … da gracias. Da gracias por todo lo que te ha aportado que te ha traído alegría, da gracias por todo lo que ha aportado que te ha traído enfado, da gracias por todo lo que te ha aportado que te ha traído dudas, …, da gracias.
Siempre da gracias por todo lo que te rodea, porque son parte de tus creaciones y, debes mimarlas y dar gracias por ello.
No pienses mucho en el sentido de esta entrada, simplemente siéntela, vívela y … da gracias.
