El camino de vuelta a casa no es solo de cuidado espiritual. Es necesario el cuidado de ti misma en todos los niveles. Cultívate al nivel intelectual, al nivel afectivo, al nivel psicológico, al nivel social, al nivel corporal.
Dedica una parte de tu tiempo a desarrollarte espiritualmente, una parte para aplicarte a tu intelecto. Hazlo con mimo hacía lo que sientes, conociéndote por dentro lo más posible, en pos de saber todas tus limitaciones, y hacerte consciente de ellas y ser libre ante ellas, de seguirlas o no según tu deseo.
Enfócate de rodearte de gente que te aporta vida, alegría y paz. Deja atrás todas esas personas que te sacan de tu paz, que te restan energía, porque nadie te pide que estés ahí, nadie. Tú busca la que te aporte, y rodéate de ellas.
Pero cuida también de tu cuerpo y de tu salud corporal. Cuídalo con una alimentación sana y equilibrada que haga bien a tu cuerpo sin dañarlo. Cuídate de los excesos que sabes que no hacen bien a tu cuerpo. Elige alimentarte cuidando tu cuerpo. Dedica tiempo de tu vida a hacer ejercicio, a tener el cuerpo lo más sano y en forma posible. Eso te ayudará a tener una experiencia de vida más placentera y saludable. Y por añadidura, te ayudará en tu camino espiritual.
Hazlo todo en armonía, cuidando de todos de ti, en todos los niveles.
