Hay personas que te caen bien, otras que te caen mal. Hay personas que piensas que son mejores y otras que piensas que son peores. Hasta hay personas que te parecen buenas, y otras que te parecen malas.
Cuando sientes estas cosas, eres como una linterna. Das luz, pero a una parte pequeña de la realidad. De hecho, la luz que das es tenue, parece que ves, pero la visión no es todo lo clara que sabes que es cuando entra la luz del Sol. La linterna tiene una luz que se agota, hay que cambiar las pilas porque se gastan. La linterna selecciona a quién alumbrar y a quién no hacerlo. La linterna no acaba con las sombras, no es capaz de anular la oscuridad. No quita el velo del miedo.
En realidad, el camino es sentirte como el Sol. El Sol alumbra todo. Su luz en brillante, firme, eterna, da una visión clara de las cosas. Pero sobre todo, alumbra a todas, a todas las almas. No enjuicia si lo mereces o no, simplemente regala su luz. Y eso acaba con las sombras, finiquita la oscuridad, quita el velo del miedo.
Sé tú el Sol, primero porque es lo que eres en realidad, pero, además, porque no debes conformarte con ser linterna, eso es muy poco para lo que TúEres.
