Es bueno querer ayudar al otro, es un sentimiento bueno. Pero has de cuidar de donde nace dicho sentimiento. Porque si alguien no te ha pedido tu ayuda, tal vez lo que tengas que poner en juego es el respeto. Respetar el camino de cada uno es tener fe en Eso que todo lo teje. Porque el camino ya está transitado, recorrido, acabado. En la Mente del Ser todo está ya resuelto y completado con un final de sabernos en los brazos del Amor.
Sabiendo que todo está justo donde debe estar, y todo ocurre según debe ocurrir para llegar a ese regazo del Padre, a ese volver a casa, tu fe en ese camino te debe hacer vivir con calma todo aparente “contratiempo”. Por eso es importante que sepas que solo necesita tu ayuda aquel que te la pide, porque ahí está escrita tu intervención, y entonces eso está en coherencia con tu corazón, con tu alma. Pero si la vida no te pide tu ayuda, porque el otro no la solicita, porque tú no estás ahí dónde debe ser dada la ayuda, no quieras tú ponerte en la foto para ayudar. Porque eso dirá de ti que tú piensas que sabes cómo debe ir la vida, de cómo debe seguir, poniéndote por delante de aquel que tejió todo en su momento, y eso es falta de fe en el Creador.
Vive la vida desde un paso atrás de tu personaje, para que así permitas que la vida se exprese a su antojo, porque ese antojo es maravilloso, perfecto, completo.
