Aquello que quieras dártelo a ti misma, dáselo al otro. Pues el otro y tú sois Uno y la misma esencia. No hay separación entre tú y el otro. No hay distancia, a pesar de lo que percibas, a pesar de lo que digan tus sentidos, en realidad no sois distintos.
Tiendes a olvidar esta realidad y entonces tratas al otro de una manera distinta a la que deseas recibir. Si no te muestras sincera, el otro no se mostrará sincero contigo. Si no eres auténtica, el otro no se mostrará auténtico contigo. Ahí está la clave.
Trata al otro como si fueses tu misma, dándote todo el amor y atención de la que seas capaz, y el sol brillará en tu vida de una manera continua y cálida.
Sé tú misma en todo momento, dándote al otro, dándote a ti misma, y eso mismo recibirás.
