Lo importante es el propósito. Sí, eso es lo importante.
¿Cuál es tu propósito? Porque si tu propósito es ser feliz, pero te da igual la forma, entonces tu propósito está mal encaminado. Porque ese propósito está buscando una felicidad efímera, poco duradera. Esa felicidad es una que vas a tener un rato, pero un día se irá, para dejar detrás una sensación de infelicidad de igual intensidad que la felicidad que sentiste. Eso no es la Felicidad con mayúsculas.
Lo importante es el propósito. Sí, eso es lo importante.
¿Cuál debe ser entonces el propósito? El propósito debe ser eliminar la separación que nos creemos tener con el Creador. No estamos separados, pero nos creemos separados. Y ese debe ser nuestro principal y primer propósito. Llegar a sentirnos unidos a Dios, al Ser, a la Consciencia, al Amor. Pero esto no debes hacerlo por algo generoso, olvidándote de ti, sino por puro egoísmo, porque es ahí donde te encontrarás como realmente eres. Así de simple.
Eres tal cual Dios te creó.
Y mientras no te sepas unido a Él la sensación de no ser lo que realmente eres te hará tener una sensación de incompletitud que se traducirá en que siempre te va a faltar algo para ser feliz. Siempre, hagas lo que hagas, siempre está detrás esa sensación de que aún no estoy completo para ser feliz.
¿Reconoces esta sensación? Pues si la reconoces, cambia tu propósito de vida, y que éste sea eliminar tu sensación de separación de Dios.
Lo importante es el propósito. Sí, eso es lo importante.
¿Y cómo haces para tener el propósito de eliminar la separación que siento entre Dios y tu? Confiando. Dejando de querer que el mundo sea como tu quieres que sea. Confiando en que todo lo que sucede está perfecto, porque está en manos de Dios, ese que te creó con todo el Amor del mundo a ti, y a todos tus hermanas y hermanos a los nunca abandona ni abandonará, nunca. Confía en Él, por tanto, sin límites, sin juicio, sin razonamientos, sin medida.
La casa de Jave 