Tu camino es único. Es el camino que está diseñado para que lo recorras tú. No es mejor, ni peor que el camino de el de cualquiera de tus hermanos. Es el tuyo, nada más.
Pero a veces te mides. Hay determinadas experiencias en las cuales no puedes evitar medirte. Cada uno tiene experiencias distintas en las que realiza esta medición, pues depende en mucho de la mochila emocional que llevas a cuestas, y ésta es obviamente personal e intransferible.
Te mides porque dudas de tu capacidad en ese instante y cuestión concreta. Te comparas con el otro, para comprobar que tu medida es la adecuada. Este te saca de tu centro, de tu interior, y sitúa tu atención ahí fuera, donde no existe el crecimiento. El crecimiento solo existe en tu interior.
No te detengas en juzgar el camino del otro porque no sabes que está ocurriendo en su interior, te falta conocimiento sobre ello. No te compares entonces con nadie porque es trabajo improductivo. Te llevará a sentirte menos que el otro, lo cual mina tu auto-estima, o te llevará a sentirte más que el otro, lo cual te hará sentirte superior al otro. Una y otra resolución es errónea, es dolorosa, es tirar una piedra de sufrimiento al estanque de tu vida, que más pronto que tarde vendrá de vuelta hacia ti.
Enfócate solo en tu camino, observa solo tu interior, pon atención solo a tu corazón. Ahí está el auténtico camino y, lo único realmente importante para ti.
