El pasado ha pasado. Ya está, se acabó, se fue. Solo existe en tu memoria.
Si ese pasado que existe en tu memoria te trae recuerdos buenos, bellos y amorosos, entonces nos gusta traerlo. Actualiza entonces ese pasado y tráelo otra vez al presente. Cuida de que no esté polarizado ese deseo de traerlo, cuida que sea ecuánime y armonioso, pues de lo contrario traerá más sufrimiento detrás. No abuses, por tanto, de traer cosas por muy buenas, bellas y amorosas que sean. Lo mejor es que por muy bueno que sean esos recuerdos, los olvidaras también y que te centraras en lo que toca vivir hoy, que si estás atento será bueno, bello y amoroso y te lo puedes perder por no estar aquí y ahora.
Pero en un porcentaje muy elevado, traemos recuerdos que nos hacen sufrir. Es la mente pensante que nos entretiene en aquello en lo que sabe qué vamos a caer y qué vamos ocupar nuestro tiempo, en lugar de utilizar ese tiempo para lo bueno, lo bello y lo amoroso.
Cada noche, al terminar el día, para un momento, tal vez ahí justo antes de dormir. Es el momento de pasar página y olvidar todo lo sucedido en el día que termina. Revisa, y si es necesario, perdona, entrega, olvida todo lo ocurrido. Dale al “reset“. Resetea tu mente. Preocúpate solo de descansar. Así podrás comenzar el día de mañana limpia, libre de culpas, de rencores, de odios, de miedos, de …, y preparada para que sea bueno, bello y amoroso.
Que así sea, Amen, Namasté.

Gracias siempre tus reflexiones tan acertadas para mí gratitud ❤️🌺
Me gustaLe gusta a 1 persona