En muchas ocasiones a lo largo de tu vida, te han hecho daño. Y en otras muchas ocasiones el daño lo has hecho tú. Es inevitable tener desencuentros en los cientos de miles de relaciones que tenemos a lo largo de nuestra vida.
Cuando el daño está causado por ti y eres consciente de ello, debes ser capaz de perdonarte. Perdonarte es el primer paso para el perdón del otro. Perdonarte te demuestra que eres capaz de tratarte con cariño, con empatía, con dulzura, y has de saber que tú te mereces eso. No tengas duda, te lo mereces.
Cuando el daño es causado por el otro, te toca entonces perdonar. Perdonar al otro es el ejercicio más milagroso que puedes hacer. Si no perdonas aumentas el dolor. La experiencia dolorosa la haces que perdure en el tiempo, le das poder, y poco a poco se va convirtiendo en ti en rencor, y te irá haciendo cada vez más daño. No se trata del dolor del otro, sino del tuyo, mientras no perdones estás atando en tu corazón un dolor que se irá agrandando, por mucho que no quieras mirarlo. Cuando perdonas, y lo haces de verdad, lo deshaces, lo reduces a cenizas, y el dolor desaparece. Cuando perdonas no le haces un favor al otro, te lo haces a ti misma, tu eres la más beneficiada, porque si eres capaz de perdonar todo, podrás vivir sin dolores, y eso te hará alcanzar la Paz. Perdona entonces, todo lo que puedas perdonas, y lo que no, ponte en camino hacia el perdón, pero no guardes nunca en ti un dolor que se haga rencor.
La casa de Jave 
Gracias recibo gratitud ❤️🌺
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