¿Te ha pasado alguna vez que mientras estás disfrutando de algo te enfocas en que lo vas a perder en un rato y dejas de disfrutar? Ya lo estás perdiendo (Jave)

¿Te ha pasado alguna vez que mientras estás disfrutando de algo temes perderlo?

Es fácil caer en la cuenta de que es una pérdida de tiempo y que es una pérdida de momentos de disfrute. Mientras podías estar disfrutando de algo que te gusta, estás anticipando la pérdida de eso que toca disfrutar. Realmente parece una locura que hagamos eso, pero lo hacemos, y mucho. Es una seña de identidad de nuestro ego, sacarte de eso que disfrutas para centrarte, en este caso, en un futuro que se antoja peor que el momento presente.

Cuando disfrutas y gozas con algo en un instante presente, y lo haces por que si, sin enjuiciamientos, como por ejemplo puede ser disfrutar de un café, o de escuchar una canción, o de encender una bengala pequeñita, o de lo que sea, estás centrada en el aquí y ahora, en el presente, y eso te hace conectar con lo más sencillo y esencial de ti misma, dejando de lado todos los dolores, todos los programas, todo el pasado, porque en ese instante te estás permitiendo disfrutar sin más de algo sencillo que te hace gozar.

Y ahí aparece tu ego, sacándote de ese momento de gozo. Y conectándote con otra cuestión que también debemos mirar, que es que no permitimos que la vida se exprese como lo apetezca, porque en realidad no confiamos que eso que nos va a traer va a ser bueno, santo y bello.

Mientras disfrutamos del café estamos pensando que ahora después puff, y proyectamos ese puff, porque no confiamos en que la vida me traiga otro momento gozoso, distinto al del café, pero también gozoso si soy capaz de vivirlo con apertura, con inocencia, con ilusión.