Hay un lugar donde todo se transforma, se transmuta, se transciende. Ese lugar es tu corazón (Jave).

Cada experiencia que vives la puedes vivir con tu mente pensante o ego, con el acelero que la vida nos imprime, y pensando con nuestro cerebro que debemos hacer, añadiendo además psicológicamente una carga que me hace vivir todo de forma más pesada, con dificultad y con dolores que incluso llegan a ser físicos.

Pero esa misma experiencia la puedo vivir desde el corazón. En tal caso, la experiencia se transforma porque le añado consciencia. Al añadirle consciencia soy capaz de evaluar de una forma distinta esa experiencia. Ahora no me dejo llevar por el ego, sino que me dejo sentir desde el interior, ahí donde está mi parte divina, mi alma, y esto hace que todo se transmute, se transcienda.

Para eso es necesario vivir esa experiencia con cierto desapego, con distanciamiento, ver la experiencia en modo testigo, observarla como si fuese una película en la cual somos el protagonista. Al ser tan solo una película, al tratarse de un juego, descargo de todo el peso psicológico que normalmente añado a cada experiencia. Esto también se puede llamar estar en atención plena.

Se persistente en esto, pues ahí está la clave de ser capaz de vivir en este mundo tan convulso de una forma más ligera, menos pesada, con una carga mucho más llevadera.

Que así sea. Amén. Namasté.