Estoy en el sueño de la separación. Como en todo sueño puede ocurrir cualquier cosa.
El tema es que cuando me doy cuenta de que esto es un sueño, una ilusión, puedo elegir que no quiero soñar más con el miedo: Quiero soñar con el Amor.
A veces sin saber qué sueño ya he elegido amor en lugar de miedo, sin saber qué sueño también he sufrido mucho.
Sin saber qué sueño me he martirizado y he luchado contra lo que ocurría, como si pudiera hacer algo estando dormida.
Pero estando despierta sabiendo que yo no hago nada, sabiendo que todo me viene dado, que no hay cosa alguna que pueda hacer, pero a la vez todo está, pues nunca me separé del Amor que lo es TODO; estando despierta me dejó ser, estoy soñando, todo es posible.
Este instante tiene todo el sentido de la vida, pues él es la vida en sí misma, es el Ser expresándose en el sueño, con Amor, con miedo, con ira, con odio, con ternura, con rencor, con dicha, con felicidad, con enfermedad, con pobreza, con salud, con riqueza… Es un sueño, todo es posible.
Pero yo en este sueño quiero cada vez ser más amor y menos miedo y para ello cada vez que no me sienta Amor me daré cuenta y me abrazaré sintiendo lo que sienta, como una madre abraza a su hijo que aún no ha aprendido y ha de experimentar hasta que aprenda. Me abrazaré en cada tropiezo en cada resbalón; es un sueño, todo es posible.
Y en este sueño, cada vez que aprenda, seré ejemplo en el mundo, en el sueño, seré el aroma del Amor sin arrogancia, sin desvalorización, como el aroma de una flor que surge de la verdad que Es, de la verdad que Somos.
La casa de Jave 