No es la mejor película del mundo. Para mí es un poco lacrimógena de más, ya que abusa de los sensible para engancharte con emociones, puesto que con la calidad no puede hacerlo. Es verdad que me costó verla, y durante la misma, continué más por saber dónde estaba el mensaje que según parecía tenía esta película, que por el interés que mostraba.
La película cuenta una historia real, y eso siempre es un problema. Ya se sabe, lo real supera la ficción y eso es una dificultad para la mente humana, a la que le cuesta más trabajo creer algo que ha sucedido, que algo que alguien inventa con ingenio y explicación. Al final de la película podemos ver a los auténticos protagonistas de la verdadera historia.
Merece mucho la pena verla, sobre todo por el mensaje final de la madre. Un regalo, una maravilla, un milagro. Solo por eso merece la pena verla.
Por cierto, la tienes en Netflix.
