Dicen que un pececillo estaba triste nadando porque llevaba tiempo buscando el océano. Un pez mayor se le acercó y tras saber lo que le pasaba se echó a reír y le dijo, “ya estás en el océano”. El pececillo le dijo “no, esto es el mar, yo busco el océano”. Este cuentecillo no es mío, pero me encanta.
Es exactamente lo que te pasa. Ya eres la persona que estás buscando ser. Ya lo eres. Siempre lo has sido. Solo que no lo aceptas. No lo abrazas. No lo integras. Pero lo eres y siempre lo has sido.
El único problema que existe está en tu mente pensante, en tu ego, que te ha convencido de que no eres eso que estás buscando. Y exactamente igual que el pececillo se va a tirar toda la vida buscando algo en lo que ya está, a menos que cambie de perspectiva, a ti te puede ocurrir lo mismo. No busques una mejor versión de ti, no te dejes la vida en encontrar ese ser perfecto que quieres ser. Acéptate, abrázate y, simplemente se. Solo se trata de eso.
Integra todas tus aristas y date cuenta que ya estás en el océano. Y partir de ahí, disfruta del océano, nadando a tu antojo de aquí para allá, para permitir que las mareas te lleven mientras tú te dejas fluir por el que pensabas que era mar y en realidad es océano, siempre.

Gracias
Me gustaMe gusta