Todo el día estamos bajo la tiranía de los pensamientos. No paran de venir pensamientos. Unos te sitúan en el pasado. Intentar arreglar algo del pasado que sientes que fue mal. Otros son de futuro. Proyectan un futuro en el que me veo a veces victorioso como si supiera exactamente lo que me conviene; y otras veces temeroso de lo que está por venir.
Ese es el propósito de la mente pensante, del ego. No dejarte disfrutar del instante presente. Pero debes ser consciente de que el responsable de escuchar esos pensamientos y seguirlos eres tú. Por qué siempre tienes la opción de elegir no darle importancia, ahora mismo, aquí, en este instante -hazlo, por favor-, elige no dar importancia a esos pensamientos. Sitúate en este instante presente, solo aquí. Porque aquí no hay nada más que este instante presente, este ahora, en el cual puedes, mediante la respiración, conectar con tu interior, con tu fuente, con tu alma, y sentir un poco de Paz. Para, respira, y siéntela. Mientras lees esto, siente la respiración, siente la Paz que anida en tu corazón. Déjate, poco a poco, inundarte de ella…
Y dentro de un rato cuando vuelvan los pensamientos, sé consciente de que hace un ratito fuiste capaz de meterte para adentro, y sentir la Paz, que ya está en tu corazón deseando ser sentida. Para que cuando te canses de tu ego, vuelvas a ella y descanses.
Descansa…
