Somos un Único Hijo de Dios. Uno solo. Un Único Hijo repartido en las más de siete mil ochocientos millones de expresiones que somos cada persona que habita este mundo. Y eso hace que existan más de siete mil ochocientos millones de mundos distintos. Es una riqueza, un gozo, poder expresarnos de tantas maneras diversas y distintas, sabiendo además que todos y todas buscamos finalmente un único propósito, que es, vivir en el Amor.
Pero cada alma tiene un color, un matiz distinto a las otras. Por eso no puedes, no debes, seguir la guía de ninguna otra alma. Tu camino está escrito en tu interior, en tu corazón, en tu alma. Y es ahí hacia dónde debes iniciar/continuar/seguir el camino hacía ti misma. Cuando conectas con tu interior, re-conoces cuál es el camino a seguir. Entonces, sigue lo que tu corazón te dicte, porque nadie sabe mejor que tu alma lo que debes hacer. No dudes por más que te digan, sigue a tu corazón, porque él es el único que conoce la dirección y el sentido adecuado para ti.
Qué así sea. Amén. Namasté.
