Cada experiencia que vives es un regalo. Cada instante es un presente que ocurre en el aquí y ahora. Siempre es así. Cada experiencia viene para ser vivida con intensidad y sintiendo lo que toca sentir en cada instante, ya sea alegría o tristeza, placer o displacer. Solo se trata de eso, de vivir con intensidad cada instante, cada aquí y ahora.
A veces no estás conectada a esa experiencia y no eres capaz de vivirla en coherencia con lo que pide la situación. Te resistes a vivirla desde tu corazón. La juzgas, la interpretas, la racionalizas desde tu ego, desde tu mente pensante, desde esos programas que te limitan y que no dejan que saques todo tu potencial a jugar este juego de la vida.
Es entonces cuando la experiencia se convierte en una oportunidad de crecimiento maravillosa. Es un milagro a tu alcance. Es una oportunidad de trascender eso a lo que te has resistido, eso que has juzgado como malo, porque ha entrado tu proyección mental. Aprovecha la oportunidad.
Para ello debes dejar de mirar a la experiencia y centrarte en el mensaje que te trae. Lo importante es el mensaje, y no la experiencia. La experiencia es anecdótica, lo esencial es el mensaje. Búscalo, porque está escrito en tu corazón. Conecta con él, y toma consciencia de que te ha hecho resistirte, de que has juzgado, de que no te has permitido vivir con apertura e inocencia.

Gracias 🌺
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