La pregunta clave es: ¿Para qué ha venido esta experiencia a mi vida? (Jave)

Puedes hacer de tu vida lo que desees. Puedes utilizar como más te resulte agradable o más te apetezca. De hecho, así es, dedicas tu vida a aquello que más te apetece. Y eso está bien, está perfecto.

Si aquello a lo que dedicas tu vida te trae la felicidad y, por tanto, alivia el sufrimiento de la experiencia humana, pues mejor que mejor, ¿no?

El saber quién eres en realidad es una inversión bastante buena para dedicar tu vida a ello, para situarlo como principal propósito de tu vida. Por qué así descubrirás que tu eres el Amor, que eres la Paz, que eres la Luz, y eso te traerá una experiencia de vida mucho más cercana a lo que eres, y eso es bueno.

Para ello párate en cada experiencia que tengas y préstale atención al mensaje que te trae. Da igual, la forma, da igual quién interviene en la experiencia, da igual qué pasó o por que te molestaste, todo eso da igual. Lo importante es lo que te dice esa experiencia, y eso normalmente se sabe cuándo te preguntas: ¿para qué ha venido esta experiencia a mi vida? ¿Para qué?
Y no te contestes, deja que lo haga tu Alma, que ella lo sabe.