El problema es que no te lo crees. Mejor dicho, el problema es que te da miedo creértelo. Así de simple.
Dios te creó a su imagen y semejanza. Por tanto, eres todo Amor. Eres todo Luz. Eres todo Paz. Eres todo Dicha. Pero tú no te lo crees. Porque te da miedo sentirte tan poderoso, tan grande y tan ilimitado. Y por eso te encierras en un cuerpecito y limitas tu poder y capacidad. Eso es todo. Así de simple.
Pero no hay nada que puedas hacer para rebajar ni un centímetro lo que eres. Porque «eres tal como Dios te creó», y nunca, óyeme bien, nunca serás capaz de cambiar eso. Puedes creer que te alejas de Dios, puedes inventarte que no eres el Amor, puedes crear e inventar miles de cosas, pero nunca serás capaz de ser algo distinto de lo que eres por mucho que te muestres como algo distinto.
Esto se puede leer desde este otro punto de vista: «No necesitas encontrar nada. No necesitas conseguir nada. No necesitas hacer nada. Ya eres el Amor. Ya lo eres, siempre lo has sido, y siempre lo serás. Solo tienes que creerlo y mostrarte tal cual eres, solo eso. Descansa, ya eres lo que buscas ser».
