Cuando pides algo a Dios suplicando por un cambio en lo que acontece en el mundo estás proyectando dos cosas de forma inconsciente.
La primera es que lo que acontece en el mundo, lejos de ser algo neutral, es algo negativo. Lo consideras negativo por que lo enjuicias, y ahí, como hemos visto muchas veces, empieza nuestro sufrimiento, en el juicio.
Al enjuiciar lo que sucede y lo tiñes de negativo. Eso hace que te resistas a vivirlo y, por ende, no eres capaz de integrarlo. Y el sufrimiento aparece. Recuerdo siempre: el dolor es ineludible, el sufrimiento es opcional.
Pero aún hay una segunda parte. La oración de súplica, nos separa de Dios. Porque cuando suplicas, lo haces de forma inconsciente a un dios lejano, a un dios que nada tiene que ver contigo. Sitúas a dios ahí, en su estrado mirando el designio de los seres humanos, como si de un juego se tratara en el cual a dios no le importa el dolor de sus creaciones. No, no es así. Tu creas la realidad que vivimos. Por eso, Dios, el Creador, el que te hizo tal cual eres, y de la misma esencia de la que Él es, de Amor puro, de Paz infinita, de Luz eterna, ese Dios te pide que reces de forma creativa, positiva, creando lo bueno, lo santo y lo bello. Dios mismo te dice esta frase:
Créete que estás hecho a mi imagen y semejanza y creemos juntos, porque entonces crearemos desde el Amor, siempre desde el Amor Yahveh

Hermoso!!!gracias por ayudarme a recordar gratitud 🌺
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