Una vez una alumna con la cual tenía una muy buena relación, y con la que nunca había tenido ningún conflicto, me gritó. Fue un grito fuera del lugar y en un tono muy desagradable. No venía a cuento ese grito en clase, en medio de todo el alumnado. A mi no me gustó. Me enfadó. Le recriminé, y justo en ese instante algo me iluminó y pensé “esto no es normal, aquí pasa algo”. Efectivamente, pasaba algo. Algo terrible le había pasado a esa chica y el grito que me dio en clase fue un grito sí, pero de auxilio.
Necesitaba ser escuchada, porque había tenido una experiencia traumática y necesitaba sacarla, pues el guardarla la estaba carcomiendo. Todo mejoró cuando poco a poco sacó de dentro su experiencia.
Años después la lectura de esa experiencia es distinta.
Ahora sé que cada vez que alguien me grita, me está pidiendo ayuda.
Ahora sé que cuando alguien está enfadado contra mi, me está pidiendo ayuda
Ahora sé que cuando alguien no me trata bien, me está pidiendo ayuda.
Ahora sé que cuando alguien no me responde con amor, me está pidiendo ayuda.
Hace tiempo que mi camino espiritual me llevó hasta esta convicción, y si bien, a veces, se me olvida y no respondo siempre con Amor, pronto me doy cuenta de ello y comienzo a actuar desde el Amor.
Por eso, te invito a mirar todo desde una perspectiva distinta, te invito a mirar todo desde el amor.

Gracias lo Miro lo Reconozco lo acepto y lo Amo gratitud 🌺🙏
Me gustaMe gusta